jueves, 5 de noviembre de 2009

Capítulo cinco: ¿Hasta dónde llegan los padres?

Capítulo cinco: ¿Hasta dónde llegan los padres?

"La autoridad de los padres es mucho más difícil de sostener en un mundo sin certezas, sin modelos ni apoyos en el afuera, aprendiendo a confiar en los propios valores internos y en la propia percepción. La autoridad monolítica del patriarcado estaba acompañada por un mundo jerárquico y predecible. Nosotros estamos signados por la incertidumbre, el miedo, la inseguridad, la desocupación, la falta de garantías y de certezas, por lo cual no es tan fácil saber qué hacer."[1]

Lo que señala la especialista Ramos es fundamental: en un mundo como el de hoy donde los lazos familiares parecen haberse absorbido por el tiempo, donde no existe un rol muy definido de la familia, donde los familiares son cada vez menos importantes, ¿cómo es posible acompañar a un hijo/ hermano, etc.? No debemos obviar, por otra parte, que los padres deberían trabajar en conjunto con la escuela, institución que aparentemente ha sido olvidada también. Entonces, ¿cuál es la responsabilidad de los padres respecto a los incidentes que se relacionan con esta etapa de la vida? Los adolescentes, ¿están transitando su camino menos acompañados que en un pasado?

“La delincuencia, la drogadicción, la prostitución (la maldad en sí), que ensombrecen a la humanidad no son sino frutos de la semilla que se siembran en los hogares. La familia es la base de la sociedad porque todo hombre y mujer que la conforman se hicieron en una familia. Si la familia se corrompe, la sociedad, el país, el mundo entero se corrompe.[2]

En la etapa del “adolescere”, la juventud se inclina por sus pares en vez de por su familia; pasan la mayor parte del tiempo con ellos y crean una especie de “muros” que aíslan los círculos (el de los amigos y el de la familia). Lo que es peor es que en ciertas instancias, los pares desconocen plenamente la situación familiar de su amigo, lo cual no es beneficioso para ninguno de los dos. Los amigos son un pilar fundamental ya que, en esta etapa donde se suele estar en conflicto con la familia, ellos sienten lo mismo hacia sus familias y por ende, son de gran utilidad en el momento de descarga de emociones. Es por eso que se considera indispensable la comunicación entre los círculos y el vínculo (el joven).

Según una fuente de estadísticas en Latinoamérica, Revista People es posible afirmar que:

§ El 60% de los padres renuncian a la dirección del hogar cuando los hijos se revelan o fracasan.

§ El 48% de los matrimonios de primeras nupcias fracasan

§ Cuatro de cada diez años pasan su infancia en hogares de un solo progenitor

§ El 95% de las familias de hoy sufren uno o varios de los siguientes problemas,

Frialdad y distancia moral del padre, machismo del padre e hijos varones, vidas independientes bajo el mismo techo, vicios, malos entendidos continuos por la comunicación superficial, y demás.

Los padres, en general se enfurecen al ver que sus hijos se la pasan en la computadora la mayor parte del día en vez de estudiando, cuando se escapan por las noches para poder salir con sus amigos, cuando se enteran que estuvieron bebiendo, fumando, drogándose, cuando el boletín llega al hogar y no son más que notas desaprobadas o cuando no hacen otra cosa que dormir.

Por otro lado, muchos de los adolescentes creen que sus padres están siempre en su contra, que jamás les darían la razón con tal de llevarles la contra, sienten que no los entienden, que nunca piensan en ellos, no pueden entender sus posturas, etc.

Este desprecio, rechazo por parte de los hijos, puede considerarse como un mecanismo de defensa para evitar sentirse deprimidos ante la idea del desprendimiento de los padres. La falta de comunicación puede generar aún más distanciamiento entre padres e hijos, he aquí la importancia de la comunicación. Para el estudio de la adolescencia, es imposible no estudiar a los padres y la fuerza de su resistencia a aceptar que sus hijos ya no son los mismos de antes, que, con su nueva adquisición de libertad, pueden rebelarse en su contra y que, tarde o temprano, en la mayoría de los casos, ya no vivirán bajo el mismo techo.



[1] RAMOS, María Carmen (2006), “Temores adolescentes en el siglo XXI”, disponible en: http://www.interpadres.org/biblio_detalle.php?Id=443, consultado el 5 de noviembre de 2009.

[2] CUAUHTÉMOC SÁNCHEZ, Carlos (1995), Un grito desesperado, México, Ediciones Selectas diamante.

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