jueves, 5 de noviembre de 2009

La identidad en relación con la autoestima

v La identidad en relación con la autoestima

“Un adolescente con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue. Y lo que es más, si el adolescente termina esta etapa de su vida con una autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria.”[1]

En la cita anterior, una visión positiva se posiciona: se cree a los adolescentes satisfactorios en el aprendizaje, con altas capacidades y oportunidades y que, si poseen una autoestima alta, podrán manejarse mejor en el mundo que los espera. A la vez, se destaca la importancia de la autoestima y la relación que la misma tiene con la identidad: se puede afirmar que al ser más seguros de sí mismos, poseen una identidad más firme y por ende, transitan mejor por la etapa. Ser más independientes, asumir responsabilidades y retos y manejar las situaciones son ventajas que se adquieren con una autoestima más consistente.

“La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época en la que se ponen sobre el tapete no pocas cuestiones básicas; piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la vida, en el matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la independencia de la familia y en la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. (…)

En la "crisis de identidad" de la adolescencia, el joven se cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que de sí mismo ha adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente cambio en su autoestima.[2]

Indudablemente, en las palabras citadas, está claro el mensaje de que los semi-adultos deben sobrellevar una crisis de identidad pero es la misma la que los definirá como personas en un futuro y con la ayuda de una autoestima alta, la identidad puede resultar bastante más beneficiosa, obviamente, tomando la autoestima en niveles no excesivos.

Los jóvenes deben explorarse a sí mismos, cuestionarse qué es lo que desean hacer y cómo. Pasando por alto este proceso es imposible que haya un avance en la madurez y en la formación de la persona porque, inevitablemente, se exige un cambio en la persona. Es vital que durante esta época de la vida tan abundante en habilidades y talentos hagan provecho de ellos y puedan formarse de la mejor manera posible. Igualmente, es necesaria la búsqueda de identidad ya que todos deben cuestionarse en algún momento de sus vidas si desean estudiar y qué, si desean o no casarse, si desean o no trabajar, si desean o no independizarse, etc.

Además, las fluctuaciones en la autoestima no deben alarmar a nadie ya que, evidentemente, al ponerse bajo juicio y analizarse a uno mismo, los altibajos son esperados y parte del paso de formación de una identidad.

Por último, no debe olvidarse que una autoestima positiva ayuda a relacionarse mejor con los otros, contar con una productividad personal, ser conscientes de con qué se cuenta y qué no (dones, habilidades, proezas). Nunca estaría de más aclarar que en caso de no encontrarse con un individuo con confianza en si mismo, sería conveniente resaltar y elogiar sus capacidades, respetar sus pensamientos y opiniones y hacerlo sentir digno y valioso para poder empezar a construir una identidad más firme y segura.



[1] “La autoestima en los adolescentes” disponible en: http://perso.wanadoo.es/angel.saez/pagina_nueva_173.htm, consultado el 2/11/2009

[2] “La autoestima en los adolescentes” disponible en: http://perso.wanadoo.es/angel.saez/pagina_nueva_173.htm, consultado el 2/11/2009

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