lunes, 2 de noviembre de 2009

Capítulo uno: El concepto de adolescencia y su origen

En ámbitos legales y actuales, se puede decir que la adolescencia nace gracias a tres acontecimientos

Capítulo uno: El concepto de adolescencia y su origen


"Concretamente, cuando hablamos de adolescencia, estamos aludiendo a un momento vital en el que se suceden multitud de cambios que afectan a todos los aspectos fundamentales de una persona. En la adolescencia se transforma nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras relaciones familiares y sociales." (Moreno, Del Barrio, 2005: 15)


En la realidad, la palabra adolescencia proviene del latín "adolescere", cuyo significado es, "crecer, desarrollarse". Paradojicamente, la palabra "adolecer" significa "dolencia" por lo que se puede mal interpretar o bien, realizar un juego de palabras, utilizando ambas.
La adolescencia se diferencia de la pubertad ya que la última es un período que surge dentro de los doce/ trece años e implica cambios relacionados con la maduración del individuo propio mientras que la adolescencia abarca un contexto más amplio, engloba los círculos sociales que influyen al individuo.

Remontándonos un poco al pasado, se puede localizar, ya desde el siglo V a.C. en la Antigua Grecia una adolescencia primitiva denominada "efebía".
En cuanto a los varones, durante este período de aprendizaje, eran preparados para la vida de adultos que les esperaba mediante un servicio militar.
En cuanto a las mujeres, en la efebía, eran instruídas para cantar ritos de iniciación femenina y acudían a sitios donde se las capacitaba para la danza, poesía o gimnasia.

En la Roma Antigua, también puede diferenciarse una etapa entre la infancia y la adultez. Los varones de 15 años de edad se deshacían de la "bulla" (amuleto que llevaban en el cuello contra el mal desde el nacimiento) y la "toga" que era reemplazada por la toga viril. El problema apareció cuando se retrasó hasta la edad de 25 años la entrada total a la vida adulta, dejando a la adolescencia como un período donde, al no ser adultos aún, carecían derechos y eran marginados.
Las mujeres romanas de la época, cuando se casaban, cumplían su rito iniciatorio. La adolescencia quedaba indefinida ya que las niñas, una vez casadas, eran consideradas adultas.

En la Edad Media y Moderna, la localización de la adolescencia es más complicada.

En ámbitos legales y actuales, se puede decir que la adolescencia nace gracias a tres acontecimientos. En primer lugar, a fines del siglo XIX cuando en Estados Unidos se estableció como obligatorio la escolaridad hasta los 16 años. Esto ayudó bajando notablemente los niveles de trabajo infantil.

En segundo lugar, la repactación de leyes sobre trabajo infantil que son distintas entre los niños y los adolescentes y por último, la repactación de leyes con respecto a la delincuencia juvenil (se diferencian las de los jóvenes de las de los adultos).

Hoy en día, se puede diferenciar la etapa adolescente sin dificultad ya que las características generales entre ellos son notables. Sin embargo, no todos los adolescentes son iguales: hoy por hoy podemos encontrar distintas “tribus urbanas”. Estos subgrupos son jóvenes que comparten una identidad que no sólo habla de forma de pensar sino que también se asemejan en cuanto a vestimenta, peinado, dialecto, comportamiento, entre otros. Incluso, estas tribus urbanas reflejan los cambios que hubo durante el tiempo ya que si bien algunas de ellas se podían ver años atrás, muchas son específicamente originarias en la contemporaneidad.

Se puede, por ejemplo, hablar de la tribu “Blogger” que son jóvenes que comparten el hábito de tener un fotolog1 y subir, mayormente, autoretratos en él. Pero más allá del sitio web, suelen vestirse de forma semejante: usan chapines coloridos, remeras escritas con colores fluo y escote en “v”, anteojos, zapatillas y bailan de una forma peculiar moviendo los pies al compás de la música electrónica. Igualmente, hablan de una forma característica, como por ejemplo “aaa ree carita ruborizada”, “firmame el flogg”, etc.

También podemos hablar de la cultura “emo” cuyo término proviene de la palabra “emocional”. Se distinguen por vestirse con ropa ajustada, preferiblemente negra, se delinean con maquillaje negro al estilo gótico sin discriminar en sexo y utilizan el flequillo tapando mitad de su cara “para no ver toda la realidad”. Asimismo, se auto flagelan, con extremada frecuencia, los miembros de dicha tribu, recuren a cortarse las venas (muñecas y tobillos) para demostrar su descontento con el mundo y para fantasear con suicidios. Juntos, viven en un estado de infelicidad o melancolía, usan piercings y decoran sus prendas con tachas.

En tercer lugar, se pueden mencionar los “rugbiers”. Ellos comparten el fanatismo por el rugby pero también ser algo violentos. Esta actitud se ve cuando discriminan a aquellos que no comparten su misma pasión o se puede ver también entre distintos clubs: se genera una competencia tan grande que ocasiona odio y disgusto.

Asimismo, se podrían nombrar muchas más tribus como las “ana/mia”, los “darkees”, “rollingas”, “chetos”, etc. Sin embargo, lo que va más allá de las tribus es que, en general, se percibe una discriminación importante entre todos los grupos y esta podría ser una causa de la violencia que caracteriza a los jóvenes.






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